Una fiesta para agradecer
Entramos en el último trimestre del año y el ambiente comienza a oler a fiestas, y esto a los latinos nos encanta. Es la temporada del año donde las temperaturas comienzan a refrescar, el paisaje cambia de los colores de vividos a tonos pardos, las hojas de los árboles se caen y las tiendas comienzan a hacer sus especiales de ventas de fin de año.
En estos meses celebramos Thanksgiving, que en español sería Día de Acción de Gracias, festejo de origen anglosajón pero que a los hispanos con esa alma fiestera que tenemos, lo hemos acogido, adoptado y adaptado como nuestra celebración.
El día de Acción de Gracias (Thanksgiving), como la historia nos ha enseñado, tiene sus orígenes por los años 1600 en Plymouth, Massachusetts, cuando dos culturas (colonos y nativos) se unieron en una cena o reunión y dieron gracias por las cosechas. La tradición de reunión se mantiene hasta la actualidad, en este día las familias se reúnen, agradecen, celebran y cenan con alimentos propios de la época y del harvest o cosechas, tales como las tartas de calabazas, manzanas y nueces, las habichuelas en cazuelas, el puré de papa, el pan de maíz, las mermeladas de arándanos y el tan esperado pavo relleno asado.
Latinoamérica, por su parte con una colonización española en su mayoría, no tiene esta costumbre en sus fiestas, pero una vez que llegamos a los Estados Unidos lo celebramos y festejamos como nuestra, una vez más vuelve a ocurrir el encuentro de dos mundos, pero… y decimos pero, porque le ponemos ese sabor latino a nuestras reuniones, la tradición se cumple, se reúne la familia, le damos gracias a Dios por todas las cosas buenas y por qué no, las malas también, pero en la mesa de muchas familias latinas se van adicionando toques propios de nuestros países, el buen lechón asado, el mofongo, el arroz con gandules y hasta se baila una buena salsa o bolero.
Lo más importante de estas fiestas es la unión familiar, sea usted de origen anglosajón o latino, inclusive si fuese de otra cultura, no se olvide en estas fiestas de celebrar la vida, compartir en familia, dar gracias a Dios por la abundancia de alimentos que disfrutamos en este país, por nuestra salud y sobre todo por la oportunidad de ser libres.