Wonder House, La maravilla de una mente soñadora

Si le gustan las historias fabulosas y es amante a los diseños fuera de lo normal y no ha visitado esta increíble construcción ubicada en la ciudad de Bartow, será mejor que se anime y programe un inolvidable tour por Wonder House. Especialmente para la época de Halloween, donde puede ser testigo de los misterios que encierra su edificación.
Conrad Schuck fue su constructor. Era un poeta y filósofo, pero más que nada era un gran soñador. Luchando con el auge de la depresión económica de los años 20, los médicos le habían dado pocos meses de vida. Vivía en Pittsburgh, tenía 9 hijos y una esposa, y su creatividad lo condujo a Florida a construir desde cero la casa de sus sueños.

En un terreno adquirido en Bartow empezó su excavación. Encontrándose con una roca madre que aprovechó para usarla de cimiento. Adquirió acero de desecho de las líneas ferroviarias cercanas, utilizó concreto sobre piedra para edificar sus cuatro pisos.
Eso fue una verdadera terapia para este gran emprendedor, a tal punto que sus pocos meses de vida se convirtieron en 40 años más. Su gran habilidad e inteligencia le llevaron a construir en forma de cruz, de manera que en una época donde no había aire acondicionado central, la brisa recorría los pasillos refrescando el calor del verano.
El agua de lluvia se recogía en un sistema de tuberías ubicado en las columnas de la casa y llegaba hasta un tanque de recolección. Importó azulejos de 7 países distintos, y dedicó años con sus hijos a cortarlos en pequeñas piezas e incrustarlos en el suelo creando una hermosa y colorida técnica de diseño. Luego, los niños crecieron y se mudaron mucho antes de que la casa fuera habitable. Durante la construcción la familia vivía en una casa pequeña en el vecindario.
Con piscina, almacenaje de combustible, paneles de techo desmontables, armarios giratorios, 18 habitaciones, puertas hechas a mano, tres baños completos y dos aseos, esta maravillosa casa es una obra maestra.
La familia DuCharme compró la casa en 1964 y finalizó la construcción. Hicieron muy pocos cambios estructurales, pero añadieron aire acondicionado y calefacción central, cerraron un porche para usarlo como comedor y remodelaron varios baños. Ahora es un interesante museo que podemos recorrer y comprobar si en realidad, como dicen, por sus pasillos vagan espíritus del más allá.
Con misterios o no, la “Casa Maravilla”, iniciada por Conrad Schuck hace unos sesenta años, es un homenaje a un hombre que sí se atrevió a soñar y está disponible para asombrarnos con toda su genialidad.

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Wonder House, The Marvel of a Dreamer’s Mind

If you love extraordinary stories and one-of-a-kind designs, you haven’t truly experienced Bartow until you visit Wonder House. Especially around Halloween when the home’s mysterious aura adds an extra thrill to every corner.
Conrad Schuck built this remarkable house. A poet and philosopher at heart, he was above all a dreamer. During the 1920s economic depression, doctors gave him just a few months to live. Living in Pittsburgh with his wife and nine children, his creativity led him to Florida, where he set out to build the home of his dreams from the ground up.
On his Bartow property, he began digging—discovering bedrock he turned into the foundation. Using scrap steel from nearby railroads and concrete over stone, he constructed four floors . The family lived in a small house down the road, and the kids grew up and moved out long before the house was livable.

Building Wonder House became a kind of therapy for Schuck. What was meant to be months of life stretched into forty more years. Ingeniously, he designed the house in the shape of a cross so that breezes could flow through the halls, cooling the home long before central air existed.
There was a pipe system in the columns from a rain water collection tank. Schuck imported tiles from seven countries and spent years with his children cutting and embedding them, creating a colorful, intricate mosaic that turned his vision into art.
With a swimming pool, fuel storage, removable roof panels, rotating cabinets, 18 rooms, handcrafted doors, three full bathrooms, and two half-baths, Wonder House is nothing short of a masterpiece.
The DuCharme family bought the house in 1964, completing its construction. They made few structural changes but added central heating and air conditioning, enclosed a porch to create a dining room, and remodeled several bathrooms. Today, it’s an intriguing museum where visitors can explore—and maybe even catch a glimpse of the spirits rumored to wander its halls.
Mysterious or not, Wonder House, built by Conrad Schuck over sixty years ago, stands as a testament to a man who dared to dream—and continues to amaze all who enter.

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